Para la realización del trabajo se debe proceder a la perforación de la madera cada 25-35 centímetros con brocas de 9,5 o 6,5 milímetros de diámetro en función del elemento a proteger. La profundidad de la perforación es de 2/3 de la sección del elemento a tratar.
Una vez realizada las perforaciones se colocan en las mismas unos tacos inyectores especiales, ya que están provistos de una válvula con un sistema de retención que impide el retroceso del producto cuando es aplicado a alta presión. Esta presión está debidamente controlada siendo la adecuada a las características de la madera tratada.
Con las válvulas ya colocadas, se comienza a inyectar a presión a través de cada una de éstas la dosis necesaria del producto formulado. La inyección del producto a presión permite su dispersión en el interior de los elementos de madera a tratar a través de los conductos naturales de la madera, vasos, radios, etc. Así como por las galerías y túneles excavados por las termitas, expandiéndose por toda la madera, realizando así su doble función: curativa y preventiva.
Realizado el tratamiento de termitas, se procederá a establecer las medidas correctoras que se estimen oportunas. Deberán tomarse las medidas necesarias para corregir aquellas situaciones que favorecen la presencia de termitas: Excesos de humedad, eliminación de tocones y madera vieja, etc ...